domingo, 27 de abril de 2008

El Chamán de Estelí

Os presento al Chamán (o brujo) de Estelí.

Es el emblema representativo de Estelí, desde el 15 de Julio de 1982. Se eligió este petroglifo como una manera de rescate cultural hacia los primeros pobladores del valle del Michigüiste y el Sitio Guasgualí, conocido como Las Pintadas (aunque también se eligió porque se consideró el diseño de mayor atracción estética, por sus líneas, geometría y proporciones; por la representatividad de la figura humana, productor y síntesis de cultura).

Los investigadores de la zona lo interpretan basándose en gráficos de códices mayas, mixtecas o petroglifos mesoamericanos donde había coincidencias de trazos. Así este petroglifo representa un personaje que tenía una simbología solar en el centro, en forma de equis, y el cuadrado que lo encerraba eran los cuatro puntos cardinales.

Otros estudiosos van más allá y le brindan más significado al petroglifo de Las Pintadas: lo describen como un chamán o curandero que portaba un atuendo o tocado en la cabeza. En el costado sostiene chirimías o sonajas para su danza o ritual. En la parte inferior los pies y al lado derecho aparece la cola de la piel de un animal, con la cual se cubría el cuerpo.

Actualmente el emblema ha sido asumido como el símbolo representativo de una identidad ancestral tanto por la población de la ciudad como a nivel internacional. Dada la identificación y simpatía con el símbolo los habitantes de la ciudad le han acuñado el nombre de "el brujito".


Si alguna vez vais y queréis ver esta representación de los antiguos Texoxes, chamanes o curanderos, lo encontrareis en el patio de la Alcaldía Municipal de Estelí totalmente abandonado. El estado de conservación de estas piedras no es el más adecuado, encontrándose en plena intemperie y abandono, sin poder ser apreciadas por la población o visitantes. Según manifiestan algunas autoridades municipales estas piedras tendrán un lugar seguro y resguardo en el nuevo edificio de la Biblioteca Pública Dr. Samuel Meza.

sábado, 19 de abril de 2008

¿Alguien se anima?

Bueno nuestras vidas siguen, ¿quién me lo iba a decir la primera semana después de venir de Nicaragua? Aún me lo sigo planteando a la vez que intento que mi cabeza vuelva de lo que a veces me ha parecido un sueño de una siesta de primavera.

Poner todo en orden me parece más difícil que volverme a ir lejos de casa, de mis amigos, de la facultad...

Este viaje me ha abierto los ojos. Pero aún me niego a pensar que la ambición y el ansia de tener es la nueva omnipotencia del mundo; pero hasta en los actos más insignificantes nos delatamos y nosotros mismos nos acusamos con nuestros gestos. Me niego a pensar en ello, por miedo a darme cuenta que es verdad, por que la verdad duele y más si el dolor está sembrado con falsas esperanzas.

Por que hasta ahora había luchado contra esa idea y había creído que otro mundo es posible (sin llegar a ser un mundo de color de rosa, lleno de piruletas y osos amorosos. Y sin llegar a ser una campaña publicitaria de alguna religión), pero cada vez son más duras la pruebas para seguir un camino algo distinto al que está marcado; por que hay veces que piensas "¿para qué?" y no encuentras la respuesta a tu pregunta; por que confías en gente que acaba luchando contra ti; por que hay veces que te sientes más débil que nunca y tienes la tentación de encajarte en lo políticamente correcto para la sociedad en la que te ha tocado vivir; por que...

No sé cuando volveré a escribir, pero quería dar las gracias a todas las personitas que me han acompañado en Nicaragua desde el otro mundo. También gracias a los chicos de las otras brigadas, a ver si nos juntamos un día y compartimos. Quizás algún día me anime y escriba sobre la semana que me queda por ahí perdida, jejeje (tan vaga como siempre)

Supongo que es hora de poner los pies sobre la tierra y empezar a soñar........
.............¿alguien se anima?

sábado, 5 de abril de 2008

Y sin embargo, si todos los deseos se vieran satisfechos en
cuanto despiertan, ¿en qué ocuparían los hombres su vida,
cómo pasarían el tiempo? Imaginemos a esta raza
transportada a una Utopía donde todo creciera
espontáneamente y los pavos volaran asados, donde los
amantes se encontraran sin más demora y supieran
permanecer juntos sin mayor dificultad: en semejante
lugar algunos hombres se morirían de aburrimiento o se
ahorcarían, otros lucharían y se matarían entre ellos, y así
crearían por sí mismos más sufrimiento del que la naturaleza
les causa tal como es ahora.
(Arthur Schopenhauer)

martes, 1 de abril de 2008

Hace más de una semana que volvimos a cruzar el charco y aún no me acostumbro. No he tenido mucho contacto con los compañeros de la brigada para no tener tan presente Nicaragua y volver cuanto antes a la realidad, pero es imposible romper el contacto con la que ha sido tu familia allí, tan lejos. Mis amigos y familia se ríen y ponen cara de "que teatrera eres" pero es verdad.

Ahora mi debate es interno, me cuestiono cositas de Nicaragua desde otro punto de vista y mis decisiones me hacen parecer muy radical en algunos aspectos... seguiré meditando.

Como dice Ana, la responsabilidad que teníamos es más grande ahora que estamos en Extremadura, pero no nos achiquemos. Hemos conocido personas que con mucho menos han llegado muy lejos y han hecho mucho por cambiar la caquita que les rodeaba. Aún ahora siguen luchando pese a que sus resultados no se verán hasta dentro de muchos años.

Extremagua gracias por vuestra paciencia

P.D: aún no tengo las fotos pero tranquilos por que hay más de 6000, jajaja

El último trago

Esa última semana fue mucho más relajada que las otras, pero a la vez mucho más angustiosa, pues sabíamos que había que aprovechar el tiempo al 100%, pero el nivel de actividades programadas había disminuido.

Pese al agotamiento del Maderas y a las agujetas que persistían (en mi caso, y algunos más, estaban muy presentes) comenzamos el lunes con la visita a nuestro centro del “Comandante Cero”. Este hombre, ha participado en tres guerrillas y dos guerras en posiciones sandinistas. Tiene 72 años y 50 años de luchas. Tiene este apodo por que en las misiones militares, las personas pierden sus nombres propios y son enumerados, dejando el cero al cargo más alto. La prensa le conoció así y lo divulgó con este “mote”. Ha compartido charlas con el Che, con Fidel Castro y otros personajes de la historia revolucionaria, sin embargo no se le vio ninguna gota de regodeo y no perdió su humildad en ningún momento. Lo luchó por gusto sino por necesidad. Una frase con la que me quedé es “dame un hombre honesto que te haré un revolucionario”

Hemos visitado al embajador de España. Lleva 6 meses en el cargo y algunas preguntas no las pudo contestar por desconocimiento, pero nos ofreció una visión generalizada sobre la cooperación que España realiza en Nicaragua. Está claro que en países como éste toda ayuda es poca.

El resto de la tarde la pasamos comprando lo propio para una cena española. Decidimos que una de las noches intentaríamos agradecer a las personas que nos han acompañado durante nuestro viaje, todo lo que de nos habían dado o compartido. Así que después de comprar, el grupo se dividió y unos cocinaban, otros preparaban la música, otros ordenaban las mesas, la zona de baile, la zona chill out…

A las 7.30h comenzaron a llegar los invitados: Orlando, el que iba a ser sólo nuestro conductor de autobús pero que formó parte del grupo, y su familia al completo; Yolanda, una amiga que se encargaba de contactar con todos los lugares que visitábamos, y su hijo Tomás; Francis, la jefa del restaurante donde comíamos, y Dennis, el camarero que tanto nos ha soportado; Marina, la chica que limpia en el centro, con sus hijos y nuera y alguna amiga… Espero y creo que se lo pasaron muy bien, aunque el jamón, el lomo, el salchichón, el chorizo que tanto triunfa por la zona occidental no es tan querido por aquí por ser “carne fría”

En estos días también hemos dialogado con Elisabeth Rodríguez Osorio la coordinadora de uno de los programas que el Movimiento de Mujeres Nicaragüense Luisa Amanda Espinoza (AMNLAE) lleva a cabo. Pese a la hora (después de comer) y a la cantidad de datos estadísticos que nos dio (todo sabemos que cuando sólo nos dan datos estadísticos somos más propensos a desconectar) nos centró algo más en un hecho que se detecta sin nombrarlo: el machismo en esta sociedad. Las víctimas de violencia de género son innumerables (1 de cada 3 mujeres son maltratadas) pero lo peor es que las ayudas y los medios que existen ante esto son casi nulos. ¿Os podéis creer que ante un divorcio, la mujer es despojada de todas sus pertenencias automáticamente? De esta forma la mujer queda sometida al hombre, puesto que la política social y económica de Nicaragua no da ninguna facilidad a la mujer a la hora de salir adelante por sí sola.

Hace poco se ha promulgado una ley para regular la situación de la mujer. Ahora bien, si no existe comitiva que haga que esa ley se cumpla, ¿para qué sirve aprobar dicha ley?

Para recibir nuestro último baño nicaragüense, fuimos a una zona turística: un lago que ese día dio la casualidad de que estaba casi desierto de personas. La verdad, es que cualquier pantano de nuestra región le da cien mil vueltas. Hay quien se llevó el bañador pero no llegó a utilizarlo. El camarero era un chavalo de nueve años que se distraía de vez en cuando mirando a otro niño jugar al balón mientras él tenía que limpiar las mesas o servir la comida. Se tenía pensado estar todo el día pero menos mal que se recapacitó y después de comer nos piroteamos. Tras algunas demoras innecesarias conseguimos arrancar hacia la óptica más cercana para ver si el cristal de las gafas de nuestro compadre Miguelón tenía solución. Y tenía solución sólo que deberíamos volver a los 15 días. Merendamos en la Casa del Café. Un local con dos plantas: en la primera está la tienda y una sala pequeña pero con el aire a todo trapo; y la segunda planta que es una terrazota donde puedes ver como la noche va invadiendo las calles. En frente, había una escuela de danza del vientre. Allá que me fui con Marta a investigar y a aprender by the face algunos pasitos. Esa noche comimos de las sobras del día anterior en el ranchón.

Con la llegada del miércoles comenzaba la última jornada en Nicaragua. Visitamos la librería Hispaner donde no sabíamos que libro elegir. Con la mayoría se me hacían la “vista agua”. Al final opté por algún que otro cuento y por otros de cultura de Nicaragua (más o menos como todos mis compañeros)

Ansiosas fuimos en busca de nuestro objetivo en el Mercado de Huembes: comprar cordel encerado para convertirnos en artesanas (jajaja) Teníamos varias horas para pasearnos entre las más de 10000 tiendecitas que lo componen; nosotras lo aprovechamos para hablar con las personas más que para comprar. Hay un montón de niños trabajando a destajo en este mercado (bueno… en toda Nicaragua) “Pase y pregunte sin compromiso… ¿Qué desea?”

Nos reunimos toda la brigada para reponer fuerzas en uno de los comedores del mercado. Por fin, sabía que este momento debía llegar pero no sabía cuándo ¿el qué? Pues comer en restaurante de “baja clase”, ver lo que comen la mayor parte de la población en este país, probar comida no adulterada con “pinceladas norteamericanas” o “españolizadas”. En un recoveco del laberinto que las tienditas formaban nos adentramos por un arco construido con láminas de madera (un poco más gorda que la que utilizábamos en tecnología con la segueta) que daba paso a un espacio más amplio donde mesas alineadas nos esperaban para ser utilizadas. Comimos bajo una gran uralita a las 12.30h de la tarde, pero fue el más delicioso gallopinto y el pollo que había comido desde que empezamos el viaje (pese a varios malos ratos)

Toda la tarde fue para hacer maletas hasta la cena, donde nos despedimos de Francis y Dennis (o eso pensábamos nosotras). Y hasta las 10 estuvimos acicalándonos por que esa noche saldríamos a una discoteca (Matriz). Bueno, quien se lo quiera creer que se lo crea, pero Marta me cogió por banda (no puse mucha resistencia) y me convertí en su producto.

Las cuatro era la hora que habíamos acordado con orlando para recogernos. Cosa que no pensamos demasiado bien, pues justo a esa hora nos lo estábamos pasando rebien y a ninguno nos hubiese importado que los relojes se retrasasen.

Como una bofetada de aire frío una disputa, salida de tono por algún que otro personaje en la furgo, antes de regresar al centro, me enturbió la noche. Pero ya nada se podía hacer.

La salida no se demoró. Desayunamos y comimos en el camino. La frontera nos retrasó un poquito pero lo justo para poder estirar las piernas mientras hacíamos cola esperando un sello que ahora nos adorna el pasaporte.

Bien anochecido, llegamos a Costa Rica. El hotel era un hotelazo que… sólo diré que tenía gimnasio y jacuzzi. Por supuesto eso me permitió no interrumpir mis ejercicios diarios a las 6h de la mañana que habitualmente practico después de ir a misa con Quini en España.

El avión lo cogíamos a las 5 de la tarde, hasta entonces pudimos comprobar en San José que las vacaciones se las toman a raja tabla: en una ciudad de más de 1 millón de habitantes encontramos a menos personas que un domingo en Badajoz. Según parece, la gentecilla o se va a la playa o acude a las procesiones, quedando su ciudad con una apariencia fantasmagórica increíble.

Más comida chatarra (aunque en un aeropuerto hay excusa) y a montarse en el avión. No sabéis que largo se me hizo. Ni hacer pulseras, ni chinchorrear, ni ver películas de finales felices, ni jugar con Dilana (una muñequita de un año que no paraba de reír)… No conseguía una postura cómoda ni buscándola.

El viaje en bus, se hizo incómodo por que en cada parada se bajaba un trocito de brigada, con la que tanto habíamos vivido y con la que tanto habíamos reído, llorado, querido, odiado, sentido… en fin, un trocito de la familia Extremagua en la que nos habíamos convertido y en la que nos habíamos apoyado dentro de esta burbuja de nuestra realidad.

Muchas gracias a todos por dejarme aprender con vosotros y de vosotros en un contexto tan peculiar.